martes, 27 de noviembre de 2012



INFORMACIÓN

En el siglo XIX, tras la Independencia de España y al compás de la Revolución Industrial y las nuevas libertades de comercio, se dio paso a un resurgimiento de la minería como producción clave, esta vez con descubrimientos que abrieron las puerta a los ciclos de la plata (Chañarcillo) y del carbón(Lota) y luego de la Guerra del Pacífico, al ciclo del salitre, proceso con el que Chile ingresó a un siglo XX, marcado por la explotación del cobre a gran escala.

En el país siempre hubo explotaciones de pequeña y mediana importancia de casi todos sus recursos mineros (cobre, oro, plata, salitre y carbón) por parte de los aborígenes y posteriormente de los conquistadores, pero es a contar de mediados del siglo XIX que gracias a personajes como José Rojas (carbón de Coronel); Matías Cousiño (carbón en Lota); José Tomás Urmeneta (plata en Tamaya– Ovalle); el "Cangalla" Méndez (plata en Caracoles–Antofagasta); José Santos Ossa (salitre en Desierto de Atacama) y de una nueva y más libertaria institucionalidad, que la minería empezó a prevalecer en las exportaciones chilenas.
                                                  DESARROLLO MINERO

Fue a contar del siglo XIX en que los efectos del espectacular desarrollo minero se extendieron hacia todas las áreas de la actividad y junto con el ordenamiento institucional y el coto al bandolerismo impulsado por Diego Portales, hicieron resucitar las confianzas empresariales en un agro destruido por los conflictos internos y externos, estimulando nuevas grandes inversiones que, surgidas desde la minería, permitieron obras como el canal Las Mercedes que llevaba agua desde el Mapocho hasta la Hacienda de Mallarauco.

Asimismo, y siguiendo una tradición cultural agraria hispana –en que la fama y el reconocimiento se recoge desde la propiedad de la tierra– los empresarios enriquecidos en la minería llegaron a los campos, introduciendo nuevas técnicas y cultivos, como el arroz, la alfalfa y las cepas importadas para la viticultura, fenómeno que hoy vemos reflejados en las marcas de vinos más conocidas en el país (Cousiño, Urmeneta).

También en materia de transporte e infraestructura, la minería estimuló un fuerte impulso. El comercio marítimo, acicateado por las decisiones de Rengifo–Portales de construir los muelles de Valparaíso, de reservar el cabotaje para los barcos chilenos y regular las importaciones con aranceles progresivos, según se tratara de bienes indispensables o superfluos, permitió que la marina mercante chilena, que en 1848 contaba con 105 barcos, llegara a tener 327 en 1865.

Y en materia institucional, para 1874 el primer Código de Minería nacional mantuvo el principio de propiedad eminente heredado de la época colonial, pero tomó partido –como era previsible– en favor de la agricultura y redujo las minas de libre adquisición. Asimismo, conservó el sistema de amparo por el trabajo, sin perjuicio de hacerlo algo más flexible y modificó el procedimiento de constitución de la pertenencia minera, introduciendo entre la manifestación y la mensura una actuación intermedia, llamada “ratificación”, que luego de inscrita conformaba un título provisional sobre la mina y autorizaba su explotación.

El Código de Minería de 1888 también mantuvo el principio de la libertad de minas y, junto con ello, extendió la enumeración de éstas de libre denunciabilidad, sustituyendo el régimen de amparo por el trabajo, por otro que se basaba en el pago de una patente o canon. El Código, empero, no innovó respecto del procedimiento de constitución de la pertenencia, que ya había dado y seguiría dando lugar a toda clase de pleitos y a la consiguiente inestabilidad de los títulos mineros.
                                                                      IMAGENES







A principios del siglo xix se da una declinación de la minería de cuadrillas de esclavos y el 85 por 100 del oro es producido por los mazamorreros. Antioquia produce cuatro veces más que en la época de crisis y tres veces más que dos siglos atrás.
Ante el nuevo auge minero varios comerciantes de Medellín, Santa Fe de Antioquia y Rionegro se empeñaron en iniciar una minería de filón que era, hasta entonces, casi desconocida. Es así como en el año de 1800 se descubrieron los yacimientos de el Zancudo y los chorros en Titiribí y se abrieron otras minas en Amagá y en Santa Rosa (las Cruces y las Ánimas).
· El auge descrito llevó a las autoridades españolas a abrir en Medellín la primera casa de fundición y de moneda que conociera la provincia en 1807, donde se fundieron mas de 200lbs, en promedio durante los primeros años, con la oposición de las otras dos casas de fundición en Antioquia (Santa Fe de Antioquia y Cáceres). Se cerró en 1810 con la salida de los españoles.
· A pesar de que durante las guerras de independencia la producción aurifera en Antioquia mermo un 40% en relación a los primeros años del S XIX, fue esta la provincia que hizo un mayor aporte humano y financiero para la liberación de la Nueva Granada.
· Al terminar la guerra de independencia, se presentó una sorprendente acumulación de riqueza en manos de unos 10 o 20 comerciantes de Medellín, los cuales conforman las primeras sociedades de minas: en 1825 se denunció un número sin precedentes de 836 minas de veta y 115 de aluvión, cuando lo normal era entre 10 y 20 de unas y otras.
· Una de las primeras sociedades no familiares fue la Sociedad de Minas de Antioquia formada por Aranzazu, Montoya, Uribe, Santamaría y Campuzano, hacia 1828, la cual se dedicó a explotar las minas del zancudo y Otramina en Titiribí.
· Este nuevo interés de los antioqueños por la minería de filón agusó la inventiva de empresarios y operarios: el señor Gregorio Baena inventó en Anorí en 1824 un molino de pisones que revolucionó la minería y que fue anterior al “Cornish mill” traído por T. Moore en 1830, al que erróneamente atribuyen la primacía en su implantación.
· La naciente república, para salir del caos y la ruina dejados por la independencia tuvo que acudir a créditos que el imperialismo británico efectuo en condiciones muy onerosas, ya que exigieron como contraprestación financiera el arrendamiento de las minas de Supia y Marmato. Éstos enviaron a Eduard Walter quien conjuntamente con Boussingault compraron las mejores minas de marmato, Supía y Quiebralomo.
· Un hecho importante que resultó de los negocios con los ingleses fue la venida de los ingenieros de minas europeos que llegaron a Antioquia. Los principales fueron: Degenhardt, Moore, Boussingault, Walter, Nisser, Paschke, de Greiff y Jonson quienes llegaron a Marmato y a los pocos años pasaron a otras regiones de Antioquia, bien como empresarios mineros por su propia cuenta (Moore y Walker) o como profesionales al servicio de empresarios mineros antioqueños (Boussingault, Nisser y Paschke).
· Aquello ingenieros trajeron: la mineralogía, la mecánica aplicada, la teoría del calor, la química inorgánica, los métodos geofísicos, el sismógrafo, la construcción de vías, la pólvora, los reactivos químicos, la rueda hidáulica, la técnica de la amalgamación (Boussingault 1828), entre otros.
· La entrada de los comerciantes antioqueños a la minería, quienes ya no solo asumían el comercio de oro, sino su misma producción, significó el comienzo de una familiarización con el manejo de la mano de obra asalariada, con las operaciones de comercio internacional, con la innovación tecnológica y con la solución de problemas de almacenamiento, suministros y transporte.
· Entre 1830-1850: se consolida en Colombia el prestigio de los empresarios antioqueños y se produce una época de prosperidad debido a los avances tecnológicos traídos por los europeos: había por lo menos 13 minas de veta equipadas con uno o más cornish.
· La abolición de la esclavitud (Constitución de 1851, José Hilario Lopez) no fue motivo de conflicto en Antioquia como si lo fue en la costa y en el Cauca, ni produjo una disminución en la extracción del oro como sucedió en otras regiones del país, debido en gran parte a que desde la Constitución de Cúcuta en esta provincia se habían dado liberaciones voluntarias.
· Fueron los mazamorreros los que le permitieron acumular grandes fortunas a los comerciantes, pues éstos cobraban altos precios, pagaderos en oro físico, además de que les fiaban con un interés del 4% mensual, por los víveres y las herramientas que les vendían.
· Entre 1850 y 1855 aparecen y se extiende su uso, las primeras fundiciones de oro la amalgamación con mercurio y el empleo de la máquina de vapor. En 1851 Moore montó la primera fundición para refinar el oro de veta y la plata en la mina El Zancudo, pero no tuvo éxito.
· A mediados del siglo se registra un nuevo avance de la penetración inglesa en la minería. Hasta ese momento los ingleses solo habían explotado por arrendamiento. En 1852 Florentino González actuando como particular, en calidad de agente de compañías inglesas compró para ellos algunas minas de veta en Frontino y una en Remedios y así se formó la Frontino and Bolivia Company.
· A mediados del siglo vinieron a Colombia varias empresas francesas a explotar madera, añil y oro. En 1856 se estableció la Cía Francesa de Segovia –para explotar el oro del río Cauca- y en 1860 se estableció la Cía Francesa de Nechí. Ambas se enriquecieron abundantemente hasta que agotaron sus territorios y se fueron.
· El gobierno del Estado vió la necesidad dar un estímulo a la actividad minera desarrollada en Antioquia; fue así como se elaboró el Código de Minas del Estado de Antioquia (1854), el cual 30 años después –cuando Nuñez y su asamblea de Delegatarios abolieron el régimen federal y expidieron la constitución- fue adoptado como norma para todo el país.
· En Antioquia se establecieron laboratorios químicos, mineralógicos y metalúrgicos debido a:
Aumento de la producción minera.
Métodos más refinados de comercialización del oro.
Necesidad de cotizar el metal según su pureza
Elevación del nivel técnico de la producción
Necesidad de hacer mayores inversiones
· La guerra civil declarada en 1860 por Mosquera para derrocar a Mariano Ospina fue desastrosa para Antioquia, ya que repercutió inmediatamente en la minería, pués en 1859 habían sido declaradas 62 minas, mientras que en 1862 tan solo fueron declaradas 4.
· Hacia 1861 Paschke logró iniciar con éxito el proceso de refinación del oro y de separación de la plata, por fundición, en la mina del Zancudo. Desde entonces se montaron nuevas fundiciones como la de Sitioviejo, la de Jenaro Gutiérrez (1880)y la de los hermanos Pedro Nel y Tulio Ospina.
· En 28 de mayo de 1862 el entonces gobernador del Estado de Antioquia dictó el decreto por el cual se estableció la Casa de la Moneda en Medellín, la cual comenzó a trabajar ese mismo año. La casa acuño monedas de plata y oro y se constituyó en una fuerza económica-política que favoreció a Antioquia en su rápido desarrollo durante los últimos 30 años del S. XIX
· Entre 1870 y 1880 se experimentó un gran avance en el equipamiento, como el uso de las bombas para agua construidas con hierro, de los molinos de pisón y una proliferación de la amalgamación. Hacia 1871 había en todo el país unos 850 pisones de molino, de los cuales entre 600 y 700 estaban en el Estado de Antioquia.
· Ya en 1875, según Cisneros, en las 200 minas de veta existentes en Antioquia había unos 1200 pisones de molinos cornisa, de los cuales entre 80 y 100 estaban en la mina de El Zancudo.
· La construcción del ferrocarril de Antioquia comenzó en 1875. Una de las razones fundamentales que tuvo el Estado para construirlo fue facilitar la entrada de maquinaria pesada para minería aurífera. Hasta ese momento sólo era posible introducir a lomo de mula pisones livianos, de 5 a 6 arrobas.
· Hacia 1883 el empleo minero iba en franca declinación debido a la sustitución de brazos por máquinas en las minas de veta; y a la disminución de los mazamorreros, a causa del agotamiento gradual de los aluviones trabajables. Sin embargo la producción de metal continuaba en ascenso. Hasta 1880 se titulaba 100 o menos minas por año; pero de ese año en adelante pasó a ser del orden de 200 y 300 minas anuales.
· El gran impulso minero de los años ochenta es explicado por: el uso de molinos cornsih de más pisones y de las turbinas pelton y por la introducción de las bombas de hierro “monitores”, movidas a mano o por energía hidráulica, las cuales podían trabajar de manera continua día y noche.
· En 1887 los hermanos Gouzy trajeron por primera vez a Antioquia el “monitor” para trabajar organales y minas de inviernos cercanas a Sonsón. Su gran economía de costo, su adaptabilidad a todo sitio y su sencillez de operación, convirtieron a este instrumento en una herramienta básica. Muchas reservas que hasta entonces no habían podido ser laboradas por requerir grandes movimientos de tierra, arena o grava, ahora pudieron serlo con facilidad usando monitores.
· La draga flotante fue una importantísima novedad técnica para Colombia, que permitía excavar el fondo de los lechos de los ríos. Las primeras fueron traídas al Chocó por compañías inglesas y norteamericanas que excavaban el cauce del río Atrato.
· En 1890 se dio un importante adelanto en la técnica de la trituración, cuando la Compañía Francesa de Segovia trajo un molino Californiano, mucho mayor que los cornish tradicionales, con 30 pisones, el cual podía moler diariamente entre 4 y 5 toneladas de mineral. El molino se instaló en Remedios.
· Aunque la gran mayoría de las pequeñas minas eran de colombianos, el final del siglo las mayores minas estaban en poder de compañías extranjeras. A ellas el gobierno las exoneraba de pagar impuestos por la importación de maquinaria, mientras a las nacionales sí las obligaba produciendo con estas medidas la venta de algunas de ellas a compañías extranjeras. Fue así como a finales de los ochenta se registraron las corrientes más intensas de inversión extranjera en este sector.
· A finales del siglo de los empresarios ingleses mostraban un menor interés por la minería de oro, muy al contrario de los norteamericanos. Ello puede ser explicado por la superioridad tecnológica que estaban alcanzando los estadounidenses: la cianuración, la rueda Pelton, el monitor, la draga flotante, los equipos de hierro forjado …
· En el decenio de 1880 a 1890 la apertura del Ferrocarril del Pacífico hizo que los arrieros y comerciantes antioqueños que antes manejaban el trafico en estas regiones desmovilizaran sus capitales y los trajeran a Antioquia, a la minería de veta. Se registró así un resurgir de muchas minas de filón y la apertura de muchas nuevas – en Santa Rosa, Anorí, Amalfí y la hoya de porce.
· Entre 1888 y 1891 el número de minas de veta tituladas cada año se elevó en forma inusitada y se mantuvo por encima de 300. En 1891 se titularon 430 minas de veta, cifra que nunca más se volvería a lograr.
· El sistema de cianuración se introdujo en la minería de veta en 1891, sistema más económico que el de amalgamación por no necesitar del mercurio que tenía un costo muy alto y era de muy difícil consecución.